
Las ocupaciones diarias hacen que en muchas ocasiones dejemos de lado el buen habito de agradecer. Si mañana despertaras solo con las cosas por las que le agradeciste a Dios ayer, ¿Qué tendrías? Da gracias a Dios hoy por todas las cosas.
Darle gracias a nuestro creador por todo lo que nos da y por lo que no, es una muestra de generosidad y lealtad con quien nos ha dado todo.
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
Colosenses 3:15 NVI
Ser agradecidos, más que tratarse de un acto de educación, se relaciona con una práctica espiritual que nos libera de angustias y nos hace estar en paz y tranquilidad. Al tener la certeza de que somos hijos de un Dios que cumple su promesa en nosotros, aunque en ocasiones no lo veamos o no lo entendamos. Agradecer es confiar en que todo lo que nos ha sucedido es porque así Dios lo ha permitido; es liberarnos de la angustia del mañana porque el Señor suplirá todas nuestras necesidades.
Agradece y espera con paciencia
A veces es difícil mantenernos en acción de gracias cuando la vida nos parece injusta y complicada; cuando vemos que otros, incluso no creyentes, están siendo bendecidos mientras que nosotros esperamos recibir tan solo una sola bendición. Dios tiene un plan bueno, maravillo y único para tu vida. No importa cómo se puedan ver las cosas, Dios siempre está obrando y trabajando a tu favor. Cree y acepta su plan divino para ti. Agradécele por ese plan que será consumado en el tiempo perfecto.
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia
Colosenses 3:12 NVI
Agradece hoy a Dios por lo poco o mucho que has comido. Dale gracias por lo que tienes y por lo que has perdido; solo Dios sabe porque lo ha apartado de tu camino.
Da gracias a Dios por el hermoso regalo del hoy, por poder respirar y andar, alégrate y se feliz.
No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el SEÑOR hará grandes cosas.
Joel 2:21 NVI