El paragua de la paz

Existen situaciones que perturban los pensamientos; los afanes de la vida y la ansiedad, son factores que afectan la estabilidad emocional e incluso espiritual del ser humano. Una persona que no tiene estabilidad en esa área, es muy notoria su forma de vivir ya que no tiene paz. Sin embargo cuando te encuentras con la palabra de Dios, y conoces que la paz verdadera proviene de Dios tu vida es transformada.

Dios es nuestro amparo y fortaleza, Él es nuestro pronto auxilio en la tribulación, nuestra roca firme y alto refugio ¿Qué puede atemorizar al hombre si Dios va delante para defenderlo?

Promesas de paz

Jesús menciona en Juan 16:33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.  Esta es una promesa que debemos atesorar en nuestro corazón y recordarla en todo tiempo, sabiendo que debemos echar toda nuestra ansiedad sobre él porque tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7)

Isaías 26:3 “Tu guardaras en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera”. En este verso observamos tres palabras claves: “guardaras”, “completa” y “persevera”, de parte del Señor tienes garantía en las dos primeras bajo una condición y es si perseveramos.

La palabra del Señor nos aconseja en Isaías 26:4 que confiemos en Jehová perpetuamente, porque en Él está la fortaleza de los siglos. Por medio de Cristo, nuestra mente y corazón es guardado en esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

Las diversas situaciones que están ocurriendo a nivel mundial pudieran llevarte a dudar. El Apóstol Pablo nos aconseja que pensemos en todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en eso meditemos (Filipenses 4:8)

Es tiempo de reflexionar, entregar en todo momento nuestras cargas a los pies de Jesús. Someter nuestros pensamientos a la obediencia en Cristo Jesús, expulsando todo argumento contrario que se levante en contra del conocimiento de Cristo.

Te invito a que tomes un tiempo y le digas al Señor que te ayude a ejercitar este fruto del Espíritu como lo es la Paz y sepas confiar en Dios ante cualquier prueba que se presente.

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