Intimidad con Dios a través de la oración
Ser un buen creyente no radica solo en el hecho de ir todos los domingos a la iglesia; creer va mas allá, es investigar, es escudriñar las escrituras y procurar entenderlas. La mejor forma de estar en intimidad con Dios es a través de la oración; para lograrlo hay que dedicar unas horas al día a leer la biblia; a este habito que sin duda llena el espíritu, se le conoce como devocional.
La biblia es un libro maravilloso, en ella se encuentra el mensaje de amor que nos ha dejado nuestro creador, con la intención de que logremos una amistad intima con Él y además nos muestra la manera correcta de vivir.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Salmo 1:1-3 NVI
Siempre que leamos la biblia debemos hacerlo con ánimo y gozo, convencidos de que estamos leyendo palabra viva, por tanto, debemos tener el deseo de ser transformados a través de ella.
La importancia de la oración
Antes de leer, debemos hacer una oración. Pedirle a Dios que nos de el entendimiento a sus escritura, sabiduría y fortaleza para cumplirla; y aplicar cada uno de sus mandatos en nuestra vida diaria.
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12 NVI
La costumbre de orar, leer y meditar en las escrituras del Señor deben formar parte de la vida y crecimiento espiritual del creyente. Esta disciplina debe ser practicada con entusiasmo ya que no hay progreso espiritual ni santidad si no mantenemos una estrecha comunión con Dios.
Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.
Salmo 119:105 NVI
Lo que todo buen cristiano anhela es ser semejante a Cristo y la mejor forma de iniciar en ese proceso es llevando una vida devocional. Andar como anduvo Jesús en la tierra; es convertir la oración en el momento más importante de nuestro día.
el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.
1 Juan 2:6 NVI
Debemos pedirle a Dios que abra nuestro corazón al momento de orar y podamos así tener un encuentro cercano con Él, valorando cada instante de la meditación y lectura de su palabra.
Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos.
Salmo 84:10 NVI
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