“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:21)
Te preguntaras ¿Qué puede vencerme?
Cada vez que decides hacer o decir algo malo, vencer con el bien requiere un constante aprendizaje y practica a fin de que no caer en lo que el enemigo quiere que digamos o hagamos.
Practicar el fruto del Espíritu nos permite reflejar a Cristo, por ende estaríamos agradando a Dios en todo.
“porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? (1 Corintios 3:3)
El enemigo vence cuando respondes con una acción o palabra que no sea de bendición para alguien. Por lo tanto eres vencido.
Cuando bendecimos y no maldecimos aun sabiendo lo que hizo o dijo la persona, pues quiero decirte que estas venciendo con el bien el mal.
“Así que, si tu enemigo tuviera hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza” (Romanos 12:20)
¿Qué reto no?
Evitar pagar mal por mal es un consejo sabio que nos da la palabra de Dios. En
ocasiones queremos nosotros ser quienes tomemos el mando de las cosas que
suceden y esto no debe ser así. Recordemos siempre hacer lo correcto, lo que a Dios le
agrada.