A todos nos gustan las ofertas, muchas personas pasan a diario tiempo en internet buscando la oferta del día a fin de adquirir nuevas cosas y eso incluye bienes.
Algunas personas hacen grandes colas e incluso ahorran dinero durante un lapso de tiempo esperando la gran oferta.
En el reino de Dios tenemos una esperanza viva que va más allá de lo natural, no necesariamente es una oferta pero si una gran oportunidad que jamás debemos rechazar. Por medio de Cristo tenemos una herencia ¿herencia? Si, una herencia.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, (1 Pedro 1:3-6)
Tenemos una herencia reservada en los cielos que no se corrompe, ni se contamina, es bella para los que han de disfrutarla. Esta herencia es para ti y para mí si alcanzamos la salvación por medio de la fe.
Es importante que procuremos tener esta herencia, y gracias a Cristo está disponible para todos aquellos que deseen ser hijos de Dios.
Esta herencia puedes anunciarla a aquel que la necesite, pues hay tesoros en la tierra que se pierden, otros se dañan y unos simplemente dejan de serlo. Muchos anhelan en este mundo una herencia, pues esto representa algo valioso, sin embargo no dura para siempre, en algún punto se acaba.
Procuremos siempre heredar aquella que está en los cielos reservada para nosotros, recuerda que esta tiene un valor incalculable.