Trabaja para él

Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?
SANTIAGO 2:14

Muy pocos de nosotros podemos soportar el dolor, quizá somos menos
los que podemos soportar la tergiversación, la calumnia y la ingratitud.
Quizá estos son avispones que pican como con fuego; hay hombres que
se han vuelto locos debido a escándalos crueles provenientes de lenguas
venenosas. Cristo, en la vida, soportó estos y otros sufrimientos.
Amémoslo mientras pensamos cuánto él nos debe haber amado.
¿Tratarían de saturar sus almas con el amor de Cristo? Admiren el poder
de su amor y luego oren para que puedan tener un amor de alguna
manera similar a este en poder.
A veces nos preguntamos por qué la iglesia de Dios crece tan
lentamente, pero yo no me lo pregunto cuando recuerdo cuán escasa
consagración a Cristo hay en la iglesia de Dios. Jesús fue un «varón de
dolores, hecho para el sufrimiento» (Isaías 53:3), pero muchos de sus
discípulos, quienes profesan ser de él completamente, están viviendo
para sí mismos. Hay hombres ricos que se llaman a sí mismos santos y se
creen que lo son, cuyos tesoros están acumulados para sí mismos y sus
familias. Quizá tú tengas que confesar que no estás hacienda nada, no
dejes que este día termine sin que hayas comenzado a hacer algo para tu
Señor. Estamos hablando de que la iglesia haga esto o aquello, ¿Qué es
la iglesia? La iglesia es solo un conglomerado de personas, y si se va
hacer algún bien, deben realizarlo las personas, y si todas las personas
son holgazanas, no hay trabajo hecho por la iglesia. Puede que exista la
apariencia de este, pero en realidad no se hace ningún trabajo. Hermano,
hermana, ¿Qué estás haciendo para Jesús? Te encargo, por las marcas de
los clavos en sus manos, ¡que trabajes para él!

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