Venciendo las tinieblas
Por medio de Cristo recibimos reconciliación, es decir, pasamos de la potestad de las tinieblas a su luz admirable, por tanto en nosotros se disipan las tinieblas.
Ahora ¿Cómo puedo vencer las tinieblas si estoy en el mundo y la tentación está a la puerta? La respuesta es: Imitando el carácter de Cristo. A medida que leemos los libros del evangelio observamos como Cristo vivía y elegía siempre hacer lo que a Dios le agrada.
Cuando decidimos hacer lo bueno vencemos, cuando desarrollamos el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) en nosotros una vez más vencemos al enemigo.
Estar convencidos de que el que comenzó la buena obra en nosotros la irá perfeccionando representa avanzar. Al no practicar el pecado, el resistir al enemigo y no dar lugar al mismo, ya que Cristo es quien señorea nuestra vida, estaremos venciendo a las tinieblas.
“Es de suma importancia ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia espiritual para vencer las tinieblas y andar como es digno del Señor, agradándole en todo” (Colosenses 1:9-11).
Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. (Colosenses 1:12-14).
Aun cuando te sientas rodeado por tinieblas, recuerda que Dios te ha dado una herencia de luz y donde hay luz no pueden habitar las tinieblas y tienen que disiparse. Así que solo debes permanecer firme cumpliendo la voluntad de Dios escrita en Su palabra y brillar con la luz de Cristo en tu corazón.