La edificación de las casas
Hace un tiempo visitando una ciudad, me encontré con unas casas que fueron construidas en los bordes de unos riscos. Cuando los observaba me preguntaba ¿No se caerán si llega a llover?
Con el paso de los años volví a ir a esa ciudad, y me encontré que algunos se habían caído y otros no, así que mi pregunta cambió a ¿Por qué unos se caen y otros no? Y la respuesta la tuve cuando vi más de cerca sobre qué habían construido las que sobrevivieron al paso del tiempo.
Unas habían sido construidas sobre tierra compacta, y otras sobre roca sólida. Lo que les permitió quedar en pie una vez que vino el invierno por tantos años seguidos fue su base. Cuando construimos sobre fundamentos sólido, nuestra fe en Cristo Jesús impide que la misma se destruya, aun cuando vengan fuertes vientos a tu vida.
Nuestra fe está cimentada en aquél que es inmovible (Dios eterno, Padre fiel, Jesús, Espíritu Santo), nos mantendremos firmes hasta que nos encontremos nuevamente con Jesús.
¿Y cómo podemos edificar nuestra casa en la roca? Pues, la palabra de Dios dice que la fe viene por el oír, el oír la palabra de Dios, así que allí se encuentra nuestro fundamento, en Su palabra, en la oración, ¡en la alabanza al Dios vivo!
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Hoy, clama a Dios que te ayude a edificar la casa sobre la roca, sobre la palabra de Dios, que no pasa sino que permanece para siempre.
Oración: Padre nuestro que estás en el cielo, hoy quiero pedirte que me ayudes y guíes a construir mi casa sobre Tu palabra, sobre la roca que es tu Hijo Jesucristo. No quiero que cuando vengan los vientos mi casa se caiga. Quiero permanecer en ti, firme hasta el fin de mis días. Te lo pido Señor.
Amen.