Buenas nuevas: Dios en nuestro Hogar
Matrimonio
Estuve recordando cuando comencé mi vida matrimonial de cómo fue de complicado acoplarnos, mi esposa y yo para poder vivir juntos, sin conflictos y con Dios en nuestro hogar
Tuve que echar mano de varios consejos pre matrimonial que fueron fundamentales en nuestro comienzo y hoy quiero compartirlos con ustedes.
Lo primero que necesitas saber es ¿Qué pretendo con casarme? ¿A dónde quiero llegar con esta decisión tan trascendental? Pues el compromiso es de por vida, aunque hay quienes no piensan así, conociendo esto, no puedo tomar está decisión a la ligera.
Yo me casé enamorado de mi novia y mi proyecto era hacerla feliz a ella antes que a mí, para eso me casé y ahí comenzó el éxito de mi vida conyugal.
No era fácil entendernos ya que éramos dos mundos diferentes con ideas diferentes, con educación diferente, con costumbres diferentes, con tradiciones diferentes, de regiones diferentes, con léxico diferente, pero con un mismo objetivo: HACER FELIZ AL OTRO.
No era fácil pues habían intereses personales que peleaban por mi satisfacción, por mi razón, por mis gustos, al igual que ella con lo suyo pero era ahí donde radicaba el esfuerzo máximo que me obligaba a ceder y doblegarme ante sus intereses, En esa búsqueda de soluciones necesitábamos en nuestro corazón un amor muy fuerte y muy grande que fuera humilde e irrompible, fue cuando recurrimos al amor de Dios.
Pero para que llegara el amor de Dios en nuestro hogar tenía que llegar primero a mi vida, es el único que me enseña a renunciar a mí por la felicidad de mi pareja.
Otra cosa importante es reconocer que ninguno de los dos estamos exentos de cometer errores y a equivocarnos por lo que debo aprender a ser tolerante, paciente y perdonador y esto se consigue cuando me familiarizo con el estudio de las escrituras y entiendo la esencia del amor de Dios para mí; que me ama y me perdona aún que le falle tanto.
El amor de Dios en mi vida conyugal me ayuda a soportar, a evitar, a olvidar, a renunciar, a luchar, a enmendar y aprender cada día.
Para llegar al éxito como pareja necesito ESFORZARME por mi cónyuge, ser HUMILDE y echar de mí el reclamar derechos, PEDIR PERDON y PERDONAR.
Solo en el amor de Dios puedo encontrar esto y los innumerables beneficios y resultados de amar como Cristo nos enseña.
El amor vuelve a empezar.
No miente.
Perdona.
Pide perdón.
Comprende.
No juzga.
Es amable y agradecido.
Es detallista.
Vence obstáculos
El amor valora.
Da honor.
El amor de Dios en nuestro hogar es una decisión.
Necesitamos la presencia del amor de Dios en nuestro hogar y por encima de las circunstancias y de las turbulencias permaneceremos siempre JUNTOS.