Una de las batallas más grandes que tenemos como personas es saber ¿Dónde ponemos nuestra mente?
Y es que dependiendo de dónde la coloquemos serán los resultados que tendremos en nuestra vida.
Es como aquél niño que le tenía miedo a la montaña rusa hasta que se montó y luego no quiere bajarse. La primera reacción del niño era de miedo e incluso pánico, pero, ¿Qué cambió? ¿Por qué ahora no le tiene miedo?
En el momento en el que el niño ve la montaña rusa sus pensamientos vuelan a la incertidumbre de lo que puede suceder. El hecho de lesionarse e incluso morir por un juego a nadie la parece divertido y por lo tanto se rehúsa a hacerlo.
Sin embargo luego, hay un cambio (Bien sea por ver a otros, porque un familiar lo convenció) y sus pensamientos comienzan a preguntar -¿Qué es lo peor que podría pasar?- en incluso piensa –Se ve divertido- así que sus pensamientos cambiaron de rumbo y descubre que tal como pensó, todo estaría bien.
Así mismo nos sucede en la vida con todas las cosas que hacemos, decimos y experimentamos. Donde esté nuestro pensamiento, estarán nuestras acciones, y esas acciones traen beneficios o problemas a nuestra vida.
La biblia dice en Romanos 8:6 (TLA):
“Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz”
Este camino es largo pero reparador y renovador, todo comienza con una pregunta: -¿Dónde ponemos nuestra mente?
Si tu respuesta hoy es: -En cosas negativas- entonces te invito a ser conscientes de lo que pensamos (Suena extraño, pero es cierto) y dar un stop a todo lo negativo y contrario (Quejas, peleas, toxicidades etc) y así darle un nuevo rumbo a nuestros pensamientos, entonces será tiempo de comenzar a limpiar nuestra mente.
