No Pierdas La Esperanza
Quizás has logrado escuchar “la esperanza es lo último que se pierde”, y dirás ¡Si, es cierto!. Al suceder cosas fuertes en tu vida, en ocasiones pasa el tiempo y no recibes lo esperado, esto da lugar a la desesperanza.
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! (Salmos 42:11 versión NVI)
Siempre es bueno recordarle a nuestra alma y mente: ¡Hay que tener esperanza! ¡No debo inquietarme ni angustiarme!.
Cada vez que lleguen comentarios negativos, bloquéalos y contrarresta con la palabra de Dios. El Señor es quien trae calma a nuestro ser y espíritu, Él impide que se turbe y angustie nuestro corazón.
Estar claros de que Dios es nuestro salvador, nos lleva a estar en un constante mantenimiento. Quitar todo pensamiento de miedo, incertidumbre, duda, o algún otro estado que te pueda llevar a perder la esperanza, esto es importante hacerlo a diario. Recordemos que la fe, amor y esperanza son ingredientes claves en la vida del cristiano.
Hay promesas que tardarán en cumplirse, más recuerda que el tiempo de Dios es perfecto, su voluntad es buena, agradable y perfecta.
¡Ten animo, cobra valor!
¡Nuestra esperanza está en Cristo! ¡No pierdas la confianza en aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable!