Una Palabra
Una palabra de parte de Dios es lo suficientemente poderosa para hacer el efecto que necesita en el momento indicado.
¿Cómo puede ser esto posible? Si lees Lucas 7, podrás observar la fe del Centurión al decir “Pero, con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo.” (Lucas 7:7 versión NVI)
Este Centurión al escuchar de Jesús sabia que con tan solo una palabra que dijera Jesús, iba a recibir lo que pedía, pues estaba consciente del poder del Señor.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12)
Cada palabra que Jesús decía provocaba algo sobrenatural y esto podemos observarlo en los evangelios, a través, de los milagros y sanidades que Él hacía. Esa misma autoridad y poder ha sido dado a nosotros, por eso declara ¡NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO PORQUE ES PODER DE DIOS!
El Espíritu puede salvarte, restaurarte, fortalecerte, sanarte, liberarte, bendecir, levantar, calmar, darte ánimo. La palabra de Dios produce un efecto sobrenatural, por ende, no hagas silencio ¡Hay poder en lo que hablas!
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. (Mateo 10:20)
¡Declara en ti y en los demás lo que escrito esta!