Buenas nuevas

¡Alerta!

Cuando tienes tu mirada en las cosas de Dios, el enemigo por medio de pensamientos e incluso con personas cercanas intentará desviar tu mirada y propósito. Es importante estar Alerta ante estas situaciones, personas o cosas que entorpecen nuestro andar con Dios.

Mateo16:22-24: Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.

 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Cuando una persona no está entendida en las cosas de Dios, se deja influenciar por sus sentimientos y estos pueden poner en riesgo su vida. Al leer este pasaje bíblico, observamos a un Pedro reprendiendo suavemente a Jesús.

Previo a lo que había acontecido,  Él les dijo a sus discípulos “que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.” (Mateo 16:21)

¿Te imaginas hoy en día diciéndole a alguien: “¡Quítate delante de mí, Satanás!; me eres de tropiezo? ¿Qué duro verdad? Aun más tratándose de alguien que es discípulo de Jesús.

Algunos al leer esta historia dirán que Pedro estaba loco al decirle eso a Jesús. Sin embargo podemos observar que Pedro habló conforme a sus sentimientos, olvidando lo que ya Jesús había anunciado y lo que era necesario que aconteciese.

Desviar nuestra mirada, darle lugar a nuestros sentimientos, pensar en nosotros mismos en lo natural no nos conviene. Jesús fue claro en todo y en esa oportunidad les dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”

En pocas palabras si deseas seguir a Jesús niégate a ti mismo, a tus deseos, sentimientos, a lo que tú consideres que sea conveniente, a fin de poder seguirlo. No es fácil, pero esto es un trabajo que debemos hacer a diario si queremos agradar a Jesús.

En el evangelio se corren riesgos a fin de que su Reino se establezca y se cumpla lo que escrito está. Es necesario que siempre pidamos a Dios su dirección, que tome el control de nuestros sentimientos y deseos a fin de que hagamos por encima de todo su voluntad.

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