Por Luisa León, Lic. Educación, columnista CBN
Desde siempre, la humanidad ha sentido curiosidad por el enigma que representa la muerte.
El misterio de saber o no querer saber sobre el tema lo hace interesante, la muerte es considerada como parte de la vida y es por eso que ante la certeza de que esta llegara y por razones religiosas o culturales es casi imposible prepararnos para ese momento.
Para quienes han presenciado la difícil situación de ver partir a un familiar o amigo cercano, han sentido la profunda tristeza que produce mirar de cerca la transcendencia humana tras cerrar los ojos para marcharse de este plano terrenal.
Más aun si este momento ocurre tras la agonía misma del sufrimiento o el dolor derivado de alguna enfermedad.
Recientemente Colombia se sumo al grupo de países que permiten la eutanasia mediante la resolución 971 que permite a las personas acceder al derecho de morir “dignamente”.
Para acceder a ella, se debe cumplir con ciertos requisitos tales como, tener un diagnostico de enfermedad terminal, firmar el consentimiento de dicho proceso ante un especialista ya sea tratante o no de la enfermedad, así como estar en pleno uso de sus facultades mentales y sobre todo estar plenamente convencido de poner fin a su vida mediante un proceso medico asistido. No obstante este tema genera polémica y es motivo de discusión ante quienes están en desacuerdo con este acto.
19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños;
Ante tal situación surgen las siguientes interrogantes ¿tenemos derecho nosotros mismos a decidir cuándo poner fin a nuestra vida? ¿No debemos respetar lo más bello que tenemos y que nos fue dado por nuestro creador?
No hay que pasarse de malo, ni portarse como un necio.
¿Para qué morir antes de tiempo?
Síguenos en Instagram si te gusto el contenido recuerda compartir
