La Soledad
Un tema que necesitamos tocar pero del cual huimos por miedo a enfrentarnos a nosotros mismos. La soledad, esa que sentimos de vez en cuando, incluso cuando estamos rodeados de personas.
Primero debemos saber que existen dos tipos de soledad:
La primera es una circunstancia de estar solo (Como los ermitaños), y la segunda es un sentimiento de tristeza o melancolía que se tiene por la falta o ausencia de una persona.
Creo que la soledad que más vivimos es la segunda, incluso teniendo a amigos cerca, si alguien que amamos falta, entonces nos sentiremos tristes, como si nos faltara el aliento e incluso perdemos fuerza en nuestro cuerpo y nuestra mente, luego no queremos hacer nada porque sentimos que el sentido de lo que hacemos deja de existir.
Todos hemos pasado por ese sentimiento, hasta Jesús.
Jesús llegó a estar y sentirse solo en su tiempo en la tierra, para poder llegar a comprender lo que tú y yo podríamos sentir en un futuro.
Mateo 27:46 (NVI) Dice:
“Como a las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: <Eli, Eli, ¿Lama sabactani?> que significa –Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”
Una desgarradora pregunta que denota la soledad y la profunda tristeza que probablemente estaba sintiendo en ése momento. Un momento donde todo el pecado del mundo recae en los hombros de un hombre inocente clavado en una cruz. Su padre, quedó en silencio, y Jesús sabía que eso pasaría pues Dios es santo y no habita en el pecado.
¿Te imaginas eso? Gritar a alguien que amas pero que no puede acompañarte incluso amándote como a nadie. Sentir ésa sensación de angustia ante la idea de estar solo, y ante la idea de sentirte sólo.
Sin embargo, Jesús en su infinito amor, sabiendo que esto ocurriría, siguió adelante hasta el final, hasta que el último aliento brotara de él. Para luego resucitar y volver a la compañía del Padre amoroso que tenía no solo sus brazos abiertos sino un asiento de gloria a su derecha para su amado hijo. Ese hijo que dice Juan 3:16 al cual entregó para que tú y yo fuésemos salvos.
En Juan 14:18-19 Jesús Dice
“No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.
Dentro de poco el mundo ya no me verán mas, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán”.
Hoy, si te sientes solo, quiero decirte que Jesús pasó por ése mismo sentimiento para comprendernos y así poder decir con toda certeza: -Yo también me sentí así, y prometo acompañarte siempre. Solo debes recordar que no te suelto, que siempre estoy contigo-.