Devocionales

Necesito Ir Al Médico

Cuando nos sentimos mal, inmediatamente pensamos –Necesito ir al médico-  pues él va a decirme con exactitud lo qué tengo y cómo poder mejorar, ¿Cierto?

Aquel que estudia medicina dedica diez (10) años de su vida únicamente para tener conocimientos básicos del área, y después hacer una especialización.

Es por eso que vamos confiadamente al médico conforme al área que necesitemos.

No vamos a un oftalmólogo si nos duele la muela, o a un neurólogo si tengo problemas con el corazón, no, no hacemos eso. Siempre vamos a ir al médico que se dedique a lo que en ése momento necesite.

Entonces, ¿Por qué a veces nos cuesta ir al médico del alma para que nos sane?

Oh, espera, ¿No sabías que existía un doctor para el alma?

Y no hablo de aquellas cosas que pueden aplacar tu dolor momentáneamente, pero al final lo que hacen es añadir más deterioro al corazón. Hablo de uno que se ha dedicado por miles de años a sanar corazones, a levantar enfermos del alma y a limpiar lágrimas.

Ese medico se llama Dios, Jehová, Papá, Espíritu Santo, Jesús.

Dice su palabra en Salmo 147:3

“El sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.”

No es un acto que tenga poco tiempo haciendo, Dios sana a los quebrantados de corazón pero, ¿Qué deberíamos hacer entonces nosotros? ¡IR AL MEDICO!

Así como nos preocupamos por tener nuestro cuerpo sano yendo al médico cuando  sentimos que algo no anda bien, debemos tener el mismo cuidado de nuestra alma, nuestro corazón.

Debes saber que tienes un alma y un corazón que necesita permanecer sano, porque de nada vale tener un cuerpo saludable si mi corazón no lo está, podríamos igual morir en cualquier momento y no por falta de salud, sino por falta de sanidad interior.

Así que hoy pide tu cita con ése médico que te espera, y adivina qué, tiene citas disponibles para ti desde hoy hasta que venga a buscarnos. Así que no esperes que sea demasiado tarde, y habla con ése médico que quiere sanarte, quiere vendarte y quiere levantarte.

Mateo 9:12

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.”

Corre al medico que te espera y deja que tu corazón sea sanado y tus heridas vendadas.

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