Muchas veces hemos dicho que conocemos a Jesús y sabemos quién es, ¿pero realmente le conocemos? ¿Realmente sabemos quién es Él en nosotros?
Conocer no es más que tener información o conocimiento profundos y con experiencia directa sobre algo.
Pensemos por un momento en una cebolla, o en una rosa, cada pétalo o cada capa te lleva a algo más profundo, ¿cierto? O en las páginas de un libro, que a medida que las vas pasando, vas descubriendo algo nuevo que te permite conocer mucho más de aquello que estás leyendo.
Así mismo es Dios, así mismo es Jesús. Conocer a Jesús es que tengamos conocimiento profundo y experiencias directas con Él.
Conocer a Jesús no solo es saber quién es y qué hizo, sino que cada día de nuestras vidas es una nueva página que debemos pasar para ir a lo más profundo del corazón de Jesús.
Jesús no es sólo un paño de lágrimas, no es sólo una mano sanadora. No es únicamente un juez, o solamente un número de emergencias. Jesús es nuestro más grande y fiel amigo, compañero, hermano, consolador, consejero y muchas otras característica que sólo podremos descubrirlas si le conocemos.
Juan 14:6 dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jesús es el camino, uno que debe ser recorrido cada día de nuestras vidas, es la verdad, aquella que debe representarnos, es la vida, esa que adoptamos cuando decimos –Sí, acepto a Jesús-
1 Juan 2:2 NVI Dice:
Él es el sacrificio por el perdón de[a] nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.
Jesús es nuestro salvador, el único que pudo llevar el pecado de todos nosotros para hacernos libres de esclavitud, y que aún hoy continúa queriendo enseñarnos lo valiosos que somos.
Él es mucho más que sólo un hombre que murió en una cruz, Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Él, es aquel que sin importar una posición, decidió cubrirse de lodo para que tú y yo fuésemos limpios. Y a ése Jesús tú y yo servimos.
1 juan 5:20 dice: Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Ahora, ¿Realmente conocías quien es Jesucristo?
Hoy, toma un momento para pedirle a Dios que te enseñe a conocer Su corazón, a conocer quién es en tu vida. Y abrázalo, porque no todos tienen la dicha de conocerlo, y de disfrutar quien es Él.
