«Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Juan 8.32, (RVC)
El enemigo tratará de convencerle de que usted no es lo suficientemente bueno: que nadie le ama, es inepto e indigno. Él sabe que si puede desalentarle, le impedirá disfrutar del poder y la libertad para los que el Padre le creó. No le haga caso al acusador.
En lugar de eso, permita que esta verdad le haga libre: usted es un hijo del Dios vivo que ha sido creado con un propósito por el Padre, comprado con la sangre preciosa de Cristo, y en cuyo interior mora el omnipotente y omnisciente Espíritu Santo. Y debido a que le pertenece, usted es amado incondicionalmente, más que abundantemente capaz, e inmensamente valioso.
Esta es la verdad absoluta en cuanto a usted, mencionada repetidas veces en todas las Escrituras. Y cada vez que lo dude, sepa que el enemigo le ha convencido de sus mentiras.
Abrace lo que Dios dice de usted en su Palabra. La de Dios es la única opinión que realmente importa, porque Él es quien le creó, le salva y obra por medio de usted. Usted es precioso a sus ojos, así que confíe en la noción que Dios tiene de su persona y en sus asombrosos planes para su vida.
Padre, necesito creer lo que tú dices que soy. Pon al descubierto las mentiras del enemigo y enséñame tu maravillosa verdad. Amén.