“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmos 139:7)
Todos los caminos son conocidos para Dios, nada hay oculto para Él. El Señor nos examina y conoce, escudriña nuestro andar y reposo, aun nuestros pensamientos le son conocidos.
Si llegaste a pensar que puedes ocultarte de la presencia de Dios, pues el siguiente verso traerá la respuesta a tu pensamiento:
“Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás” (Salmos 139:8)
No importa a donde vayamos, allí Dios nos sigue, aun cuando queramos darle la espalda y fuésemos al infierno, Él iría por nosotros con tal de que seamos salvos.
Dios se hace visible por medio de la creación, todo habla de Él. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para todo aquel que le conoce, en ocasiones es difícil comprender.
En todo está Dios, cuan hermoso saber que por más que el hombre quiera huir u ocultarse de la presencia de Dios, no podrá. El perfecto amor de Dios, su omnipresencia y omnisciencia hace que podamos sentirnos seguros y seamos aún librados de nosotros mismos al decidir hacer algo que no es bueno.
Puedes conectarte con Dios por medio de tus pensamientos porque Él sabe lo que tú piensas, así que si sientes que las palabras no salen de tu boca, solo cierra los ojos y habla con Él, puedo decirte que estará escuchando.
No podemos huir de su presencia, solo Dios tiene palabras de vida, por eso decide estar con Él es lo mejor.
